DE CERRO MURIANO A CORDOBA 22/09/18




En este caso nos acercamos a la sierra cordobesa. Una gran
desconocida para mi, para hacer una curiosa ruta por el mismísimo trazado del antiguo ferrocarril que unía Córdoba con Almorchón ( Badajoz),
17,5 km de fortísimo desnivel de casi 400 metros, los cuales te
hacen pensar que ser maquinista en aquellos años era una verdadera profesión de riesgo.
Para poder subir aquellos cerros tenían que utilizar dos locomotoras, una traccionando y otra empujando.
En nuestro camino tendríamos que atravesar varios túneles, alguno totalmente a oscuras, para seguir avanzando entre balastros, traviesas, restos de vías y a través de la propia naturaleza,que todo lo engulle haciéndolo suyo, testimonio mudo del paso del tiempo y del abandono de las instalaciones.
La vía  fue clausurada en 1990 fecha en que tuvo lugar el último viaje de pasajeros.
Esta aventurilla tuve la suerte de poder compartirla con mis amigos  Ernesto y Dani.
Quedamos temprano, antes de que se abriesen las calles...teníamos que estar pronto en Córdoba, ya que estábamos
limitados, al tener que coger el bus que nos llevaría a Cerro Muriano y que aunque investigando en algún que otro blog, no nos lo creíamos, teníamos por delante un pateo de 7 horas.
Una vez en Cerro murciano y tras nuestra tostá como dios manda, nos pusimos en camino.
Un poco de cremita. El sol nos daría Pal pelo

Partimos de la estación ahora abandonada de Cerro muriano.


Nada más comenzar nos adentramos en la sierra morena, y ya vamos encontrando los primeros obstáculos en el camino.


Cerca aun a Cerro muriano los raíles y las traviesas han sido quitadas, quedando solamente los molestos balastros, de los cuales mis tobillos se iban a acordar durante toda la semana.

A la nada volvemos a andar por la vía completa
Y así vamos acercándonos al primero de los 5 túneles, que provistos de nuestras linternas y nuestras ganas de atravesarlos,nos encontramos a lo largo del recorrido.


Túnel de la mocha 141 metros

Aquí nos encontramos ya a los verdaderos moradores de los algunos de los túneles. Los murciélagos, que hay y bastantes.


Después de haber atravesado este primer túnel estaba deseando como un niño chico que llegara el siguiente, a ver qué nos encontramos en esta ocasión.
Siguiendo nuestro camino topamos de frente con una alambrada que corta justo  la vía y que con una señal de coto de caza, probablemente algún "espabilao" haya intentado adueñarse de  un pedazo de terreno, como pasa alguna que otra vez con las       cañadas reales o las servidumbres de paso entre fincas. Para        nuestra suerte alguien antes que nosotros la  había dejado            abierta.      
                                                                                                   

Todavía estábamos comenzando y nos quedaba aun un largo camino, como nos indicaban las señales que siguen en pié.


Todavía quedaban 14km

En el kilómetro 12'112 se encuentra el segundo de los túneles. El túnel de la balanzona, el más largo con sus 323 metros, y trazado de doble curva en S. Era el más temido por los maquinistas ya que por si fueran pocas las duras condiciones del trazado, se unían las numerosas filtraciones de agua, que hacía necesario que una persona esparciera arena sobre las vías al paso de cada tren, para evitar que éstos patinaran .

Túnel de la balanzona 323 metros

En las siguientes fotos vemos los restos de la de la estación de la balanzona




Ernesto nos ilustra un situ de las historias de este trazado férreo

Puede verse el hollín del humo de las locomotoras y a la entrada del túnel el techo se había desprendido, posiblemente debido a las filtraciones de agua a las que hacía referencia antes...


Córdoba cada vez más cerca, aunque Dani tenía otra visión al interpretar los kilómetros que quedaban...

Las zarzas nos pusieron las piernas como si nos hubiésemos peleado con un gato

La calor empieza a apretar, así como el dolor de piernas y las ganas de tomarnos una cerveza bien fresquita. Pero no sería hasta más adelante, y sin querer, al no tener claro el camino y desviarnos cuando nos la tomamos.


Túnel de la carretera el más corto


Llegamos al apartadero estación de los pradillos. Este apartadero es tristemente conocido por los accidentes que tuvieron lugar en él. Se construyo a principios de los años 20, para garantizar poder frenar cualquier tren que quedase fuera de control. 
Tenia dos vías de seguridad que fueron modificadas a lo largo de la historia. Al principio, la vía de seguridad debido a una finca cercana se construyó en horizontal y de corta distancia, con el agravante de un gran desnivel al final de ella por donde se despeñaron numerosos trenes.                                                        
Como consecuencia del grave accidente ocurrido en Mayo de 1964 se expropió parte del terreno ocupado en un cerro, construyendo una vía en rampa que finalizaba en una trinchera que más tarde pudo dar fe de su eficacia deteniendo una locomotora, ésta ya de la época del gasoil.

Apartadero de los pradillos

Túnel de los pradillos. 79 metros excavados en pura roca



Llegamos al último de los túneles antes de llegar a Córdoba. El túnel número 1. Cerro de d. Pedro, el más trágico de todo el recorrido

Túnel número 1. Cerro de d. Pedro 114 metros



Y ya por fin hartos de balastros, zarzas, ramas... Pero habiendo disfrutado como enanos, y después de la merecida cervecita con su bocata correspondiente, divisabamos el inicio del fin de nuestra ruta. El puente de los Pedroches, de Mirabueno o también llamado puente de hierro. Situado sobre el arroyo Pedroche.Abandonado también, su paso está prohibido, pero pasando con cuidadín por encima de una de las vigas, parece que nos daba algo mas de seguridad.

Puente de hierro 152 metros de largo

A lo tonto el puente tiene una caída de 30m

Las planchas de acero que forman el piso por donde teníamos que pasar, estaban algo deterioradas.



Y así llegamos a nuestro lugar de partida donde aparcamos unas 8 horas antes, hartos de coles, con complejo de locomotora y habiendo disfrutado de lo lindo de la sierra cordobesa en esta particular y curiosa ruta, abriendo las posibilidades de explorar nuevas formas de caminos con la única excusa de pasar unas horas en plena naturaleza acompañado de buenos amigos. Y como no, invitando a cualquier alacrán a que se una en futuros proyectos que ya andan rondando en mi cabeza.                                                                                                                           

"Entre los carriles de la vía del tren crecen flores suicidas".
 Alacranes nos vemos en la próxima estación.